
¿Quieres saber qué significa hacer dieta libre de gluten? ¿Para qué sirve? ¿Funciona para intestino irritable? ¿Cuáles son los cambios en el cuerpo al dejar el gluten? ¿Es sana la dieta sin gluten? ¿Cuándo se nota la mejoría? ¿Cuáles son los alimentos prohibidos y los alimentos permitidos? ¡Te lo explicamos de manera sencilla y práctica! Y te recomendamos especialmente este apartado 17 causas de falta de mejoría con la dieta sin gluten.

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📜 En este artículo encontrarás:
- 1 ¿Qué significa dieta sin gluten o DSG?
- 2 Dieta sin gluten: alimentos prohibidos
- 3 ¿Cómo eliminar el gluten de la dieta? ¿Cómo hacer dieta sin gluten para celiacos?
- 4 ¿Para qué sirve la dieta sin gluten?
- 5 Dieta sin gluten: beneficios
- 6 He empezado la dieta sin gluten y no mejoro o me siento peor. ¿Por qué?
- 7 17 causas de falta de mejoría con la dieta sin gluten
- 7.1 1.- Contaminación cruzada inadvertida
- 7.2 2.- Abusar de alimentos procesados “Sin Gluten”
- 7.3 3.- Inhalación de gluten (panaderías, pizzerías, supermercados con horno de pan,…)
- 7.4 4.- El efecto opioide del gluten
- 7.5 5.- Disbiosis intestinal
- 7.6 6.- Intolerancias alimentarias asociadas
- 7.7 7.- Alergias alimentarias asociadas
- 7.8 8.- Sensibilidad al maíz
- 7.9 9.- Sensibilidad a la avena
- 7.10 10.- Sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) asociado
- 7.11 11.- Insuficiencia pancreática exocrina asociada
- 7.12 12.- Colitis microscópica asociada
- 7.13 13.- FODMAPs
- 7.14 14.- Síndrome del intestino irritable (“colon irritable”) asociado
- 7.15 15.- Enfermedad celiaca refractaria
- 7.16 16.- Linfoma intestinal
- 7.17 17.- Tumores malignos y otras complicaciones graves de la enfermedad celiaca
- 8 ¿La dieta libre de gluten es sana?
- 9 ¿Quién descubrió la dieta sin gluten?
- 10 Te podría interesar:
- 11 REFERENCIAS
¿Qué significa dieta sin gluten o DSG?
Hacer dieta sin gluten significa eliminar de forma estricta todos los alimentos que contienen trigo, cebada, centeno o determinadas variedades de avena, y todos sus derivados (Protocolo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca, 2018).
Se la llama habitualmente DSG, por sus iniciales (Dieta Sin Gluten).
Esto quiere decir que no puedes comer nunca nada de gluten. No vale aquello de “por un día que…”, “total por un poco…”.
Ni siquiera puedes comer cantidades mínimas, las denominadas trazas de gluten (See y col., 2015).
Dieta sin gluten: alimentos prohibidos
Para hacer dieta sin gluten, tienes que retirar todos los alimentos que contienen trigo, cebada o centeno. También cualquiera de sus variedades e híbridos. Entre ellos, los más habituales son la espelta, la escanda, el kamut y el triticale (Biesiekierski, 2017).
Pero… ¡mucho ojo!:
- No solo tienes que dejar de consumir los alimentos que contienen gluten de manera evidente. Es decir, como ingrediente añadido de manera voluntaria.
- También debes retirar los libres de gluten que pueden haberse contaminado con trazas. Esto significa que han entrado en contacto con algún objeto o sustancia que sí lo contiene. Es lo que se denomina contaminación cruzada.
¿La avena está permitida en la dieta sin gluten?
La inclusión de la avena en la dieta sin gluten continúa siendo controvertida, puesto que hay variedades que tienen gluten en sí mismas o por contaminación cruzada con otros cereales. Además, una pequeña parte de celiacos no tolera la avena sin gluten (Kosová y col., 2020), (Cebolla y col., 2018), (Pinto-Sánchez y col., 2017), (Biesiekierski, 2017).
¿Qué significa sin TACC? ¿Es lo mismo que sin gluten?
Sin T.A.C.C. o sin TACC en los alimentos significa sin Trigo, Avena, Cebada ni Centeno.
Es decir, TACC o T.A.C.C. son las siglas construidas con las iniciales de los cereales con gluten.
En países como Argentina, ninguna variedad de avena está permitida en alimentos libres de gluten (Ministerio de Salud. Presidencia de la Nación, 2015).
Por lo tanto, en estos casos la dieta sin gluten excluye además toda la avena, por lo que también se denomina dieta sin TACC o dieta sin T.A.C.C.
¿Cómo eliminar el gluten de la dieta? ¿Cómo hacer dieta sin gluten para celiacos?
La dieta libre de gluten debe basarse principalmente en alimentos naturales y frescos que no contengan gluten (Lamacchia y col., 2014), (Penagini y col., 2013), (Saturni y col., 2010).
Alimentos sin gluten
- Carnes.
- Pescados y mariscos.
- Huevos.
- Lácteos (leche, quesos, yogures naturales, mantequilla).
- Frutas.
- Verduras y hortalizas.
- Legumbres.
- Frutos secos.
- Tubérculos (patatas, boniatos, yuca, chufa, remolacha).
- Cereales que no contienen gluten.
Y muy importante: ¡evitar que se contaminen con gluten!
¿Cuáles son los cereales sin gluten?
Los cereales sin gluten son (Jones, 2017), (Lamacchia y col., 2014), (Penagini y col., 2013):
- El maíz.
- El arroz.
- Algunas variedades de avena.
- El mijo.
- El sorgo.
- Pseudocereales, como el amaranto o el alforfón y algunas variedades de quinua.
Es mejor que los elijas integrales. De esta manera, aumentas el consumo de fibra (Jones, 2017), (Lamacchia y col., 2014), (Penagini y col., 2013).
Recientemente, los científicos han comprobado que los pseudocereales tienen un alto valor nutricional y biológico. Muy superiores a los del trigo (Lamacchia y col., 2014), (Penagini y col., 2013).

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Gluten en alimentos procesados
El gluten es ampliamente empleado por la industria alimentaria en todo el mundo. Esto es debido a que sus características físicas (viscoso y pegajoso) facilitan la producción de alimentos procesados, comida rápida y gran cantidad de aditivos. Como consecuencia, existe gluten en los productos menos sospechosos (Day y col., 2006), (Comino y col., 2013).
Más de la mitad de los alimentos que se comercializan actualmente contiene gluten de trigo, cebada, centeno o avena como espesante o aglutinante, en forma de contaminación cruzada o incluso por adulteración (Comino y col., 2013).
Por lo tanto, si compras productos elaborados deben venir envasados (nunca a granel) y certificados sin gluten.
Aun así, es mejor que los evites en lo posible, especialmente al principio de la dieta, mientras tu intestino se recupera.
Logo “libre de gluten”, “Sin Gluten” o logo de la espiga barrada
Se ha elaborado un símbolo universal de “producto sin gluten” en algunos países desarrollados y otros en vías de desarrollo.
Se trata de una espiga de trigo dentro de un círculo, con una barra por delante. Por esta razón, el logo se denominada “espiga barrada”.

Wikimedia Commons. File:Espiga barrada.jpg. Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
El logo de la espiga barrada está regulada por la AOECS (Association Of European Coeliac Societies – Asociación de Celíacos Europeos), quien delega en sus asociaciones miembros la concesión de su uso y control.
Las industrias deben certificarse en el ELS (European Licensing Systems – Sistema de Licencias Europeo) para poder utilizarlo.
¿Por qué es mejor no comer alimentos elaborados, aunque sean sin gluten?
Por las ppm de gluten permitidas por ley
Los alimentos etiquetados “Sin Gluten” no son realmente sin gluten (cero gluten): pueden contener hasta 20 ppm de gluten (20 partes por millón). Es decir, 20 miligramos de gluten por cada kilogramo de producto (10 ppm en países como Argentina) (OMS-FAO, CODEX STAN 118-2008), (Ministerio de Salud. Presidencia de la Nación, 2015).
Si abusas de su consumo, podrías superar la cantidad máxima “segura” para un celiaco, estimada en 10 mg de gluten por día (Akobeng y Thomas, 2008), (Silvester y col., 2020), (Moreno y col., 2017).
Además, un subgrupo de celiacos o sensibles al gluten no celiacos no tolera ni siquiera estas cantidades (Itzlinger y col., 2018), (Leonard y col., 2017), (Hadjivassiliou y col., 2002),.
Por los conservantes y aditivos químicos
Los alimentos procesados suelen contener muchos conservantes y aditivos químicos, (como sulfitos, glutamatos, nitratos y benzoatos), que pueden irritar tu intestino (Volta y col., 2013).
¿Para qué sirve la dieta sin gluten?
Dieta libre de gluten como tratamiento
La dieta sin gluten es el único tratamiento actualmente disponible para los trastornos relacionados con el gluten. Estos incluyen (Caio y col., 2019), (Ludvigsson y col., 2013):
- La celiaquía o enfermedad celiaca.
- La sensibilidad al gluten no celíaca.
- La alergia al trigo.
- La ataxia por gluten.
- La dermatitis herpetiforme.
Dieta sin gluten como prueba diagnóstica
La dieta sin gluten, además de ser el tratamiento de estos trastornos, es una prueba diagnóstica más. De hecho:
- Es la única prueba que existe en la actualidad para diagnosticar la sensibilidad al gluten no celíaca (Catassi y col., 2015).
- Se emplea para confirmar casos dudosos, o de difícil diagnóstico, de enfermedad celiaca (Rodrigo, 2010).
No obstante, puede haber una aparente falta de mejoría o aparición de síntomas digestivos al retirar el gluten en celiacos o sensibles al gluten. Es de SUMA IMPORTANCIA, por lo tanto, saber valorar correctamente POR QUÉ SUCEDE ESTO, para manejar cada caso adecuadamente y NO DESCARTAR POR ERROR EL DIAGNÓSTICO. Lee con atención el apartado 17 causas de falta de mejoría con la dieta sin gluten.
Tratamiento del intestino irritable con dieta sin gluten (“colon irritable”)
Desde principios del siglo XXI, los científicos han empezado a analizar la efectividad de la dieta sin gluten para el tratamiento del síndrome del intestino irritable (Moayyedi y col., 2020).
Sigue siendo un tema controvertido y que necesita más investigación. No obstante, diversas revisiones científicas y guías clínicas aconsejan la dieta sin gluten en personas con intestino irritable. Es una dieta segura para mantener indefinidamente (Sebastián, 2017), (Chey y col., 2015).
Otra dieta que puede aliviar los síntomas del intestino irritable es la dieta baja en FODMAP, pero su empleo a largo plazo puede ser perjudicial. Te lo explicamos en el apartado FODMAP (Staudacher y col., 2014), (Rao y col., 2015), (Tuck y col., 2014), (Heiman y Greenway, 2016).
Primer paso: entender qué es el síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable no es exactamente una “enfermedad”, sino un conjunto de síntomas digestivos, sin ninguna señal visible de daño o enfermedad en el tracto digestivo. Es decir, sin ninguna causa orgánica que los justifique (NIH, 2017).
Los síntomas del intestino irritable incluyen dolor o molestias abdominales, acompañados de una modificación en la frecuencia o en la consistencia de las heces (NIH, 2017).
No obstante, el problema radica en que en la práctica habitualmente se dan diagnósticos de intestino irritable basándose únicamente en los síntomas (increíblemente, así lo permiten los criterios de Roma), sin haber hecho todas las pruebas necesarias. Desgraciadamente, los criterios de Roma son ampliamente empleados en todo el mundo por médicos de Atención Primaria y especialistas en gastroenterología (Saha, 2014), (Mearin y Montoro, 2012).
En general, esto sucede por una o varias de las siguientes razones (World Gastroenterology Organisation), (Saha, 2014), (Mearin y Montoro, 2012):
- Una cuestión de coste/efectividad. Es decir, para abaratar los gastos en los procedimientos diagnósticos.
- Por falta de recursos médicos.
- Desactualización de los profesionales.
Y lo que no se busca (correctamente), no se encuentra.
Realizar gastroscopias con biopsias (y no limitarse a analíticas sanguíneas o colonoscopias) es imprescindible para localizar posibles causas orgánicas (Saha, 2014), (Mearin y Montoro, 2012).
El síndrome del intestino irritable: un “cajón de sastre”
El síndrome del intestino irritable es un “cajón de sastre” que esconde una gran cantidad de celiacos o sensibles al gluten no diagnosticados, o personas con otras patologías no investigadas. Hasta en un 80% de las personas con diagnóstico de intestino irritable los síntomas son desencadenados por reacciones a alimentos, con el trigo como principal responsable (Soares, 2018).
- ¿A cuántas personas con diagnóstico de intestino irritable os han hecho gastroscopia con toma de biopsias duodenales? No basta con una colonoscopia ni una analítica de sangre.
- ¿Y la prueba con dieta sin gluten ESTRICTA durante al menos un año (preferiblemente dos), a pesar de resultados en biopsias y analíticas de sangre dentro de la normalidad?
- Si no os han realizado estas dos pruebas, entonces no os han evaluado si tenéis celiaquía o sensibilidad al gluten.
- Y si os han hecho prueba con la dieta, pero no han tenido en cuenta valorar todas las posibles causas de falta de mejoría de los síntomas, tampoco las han evaluado correctamente.
Dieta sin gluten para intestino irritable: las claves del éxito o el fracaso
Como ves, si tienes intestino irritable podrías ser celiaco o sensible al gluten no diagnosticado, no evaluado (o no evaluado correctamente).
Y si es así, o haces la dieta sin gluten estricta o lo único que conseguirás es descartar por error la celiaquía o sensibilidad a gluten. Esto puede traer consecuencias muy graves para tu salud.
Abundan webs y foros “especializados” en intestino irritable con información y experiencias sobre la dieta sin gluten:
- Dan consejos para retirar el gluten, pero olvidan que la clave fundamental es evitar la contaminación cruzada.
- Muchos sostienen que basta comer menos gluten o que se puede comer de vez en cuando, a pesar de notar cómo les reaparecen los síntomas.
- Otras personas afirman que la dieta sin gluten no les ha funcionado. Pero de nuevo puede haber un error de base: no han tenido en cuenta la contaminación cruzada ni las otras posibles causas de falta de mejoría.
Cuando ahondas en sus experiencias y conocimientos, estas personas en general comparten un mismo perfil. Han sido mal evaluadas y/o mal aconsejadas, por lo que podrían ser celiacas o sensibles al gluten no celiacas:
- No han sido derivadas a especialistas.
- O estos no les han hecho biopsias duodenales o las han interpretado mal.
- Han ignorado la presencia de enfermedades asociadas en el paciente o sus familiares que son una clara pista de celiaquía no diagnosticada; incluso en casos en los que sí han determinado los marcadores genéticos y a pesar de ser estos de riesgo para enfermedad celiaca.
Si es el gluten la causa de tus problemas digestivos (o de otro tipo), no puedes comer nunca ninguna cantidad. Una sola tansgresión con trazas puede hacerte recaer durante días o semanas. Cualquier otra evaluación con otros alimentos encadena error tras error, si no mantienes invariable la dieta sin gluten estricta.
¿Por qué?
Porque no es nada fácil relacionar la ingesta de gluten con los daños que produce en el organismo. Los síntomas pueden demorarse días o semanas en desarrollarse.
Pero en cambio, los síntomas de las intolerancias (como lactosa, fructosa, etc.), que suelen ir asociadas, aparecen generalmente a las pocas horas.
Si fuera tan sencillo identificar la relación causa / efecto, no se habría tardado 2.000 años en saber que es el gluten el que provoca la celiaquía. Obvio, ¿verdad?
“Colon irritable”, “colon nervioso”: más errores que perduran
El síndrome del intestino irritable antiguamente se denominaba “colon irritable”, “colon nervioso” o “colon espástico”. Todos estos términos están anticuados y, desde hace varios años, las guías médicas desaconsejan su uso (NIH, 2017), (Spiller y col., 2007), (García Novo y col., 2002).
¿Por qué?
Porque el síndrome del intestino irritable no se limita al colon sino que puede afectar a otros tramos del tubo digestivo (García Novo y col., 2002).
De todas formas, seguirás oyendo a la mayoría de personas (médicos incluidos) llamarlo “colon irritable”.
Desarraigar los errores es tremendamente difícil…
Dieta sin gluten: beneficios
Si tienes cualquiera de las enfermedades mencionadas, hacer dieta libre de gluten estricta será la única manera de que recuperes o mejores tu salud; o, al menos, no sigas empeorando ni desarrolles complicaciones asociadas.
Si has pasado mucho tiempo sin diagnóstico ni tratamiento, tardarás más en recuperarte. O incluso nunca lo conseguirás del todo… El diagnóstico temprano permite una mejor y más rápida mejoría, y menor probabilidad de desarrollar complicaciones (Szakács y col., 2017).
La dieta sin gluten estricta parece proteger contra el desarrollo de cánceres en los celíacos. Y es la única opción para prevenir contra ciertos tipos raros de cáncer, que son muy agresivos (Han y col., 2015), (Catassi y col., 2005).
No obstante, el retraso en el diagnóstico de la celiaquía aumenta la probabilidad de desarrollar malignidad. El efecto protector de la dieta sin gluten es más eficaz cuando esta se inicia en edades tempranas, especialmente durante el primer año de vida (Szakács y col., 2017), (Han y col., 2015), (Catassi y col., 2005).
La dieta libre de gluten también ha demostrado ser beneficiosa en algunas personas con otros trastornos de salud. Estos incluyen principalmente otras enfermedades autoinmunes y neurológicas (Rouvroye y col., 2020), (Zis y Hadjivassiliou, 2019), (Vinagre-Aragón y col., 2018), (Gaesser y Angadi, 2012), (El-Chammas y Danner, 2011), (Hadjivassiliou y col., 2002).
Cambios al dejar el gluten. ¿Qué pasa cuando empiezas a hacer la dieta sin gluten? ¿Cuándo se nota la mejoría?
La enfermedad celíaca puede dañar prácticamente cualquier órgano o tejido corporal, por lo que los síntomas pueden ser tremendamente variados. Cada persona experimentará los cambios en el cuerpo al dejar el gluten dependiendo de su situación previa y del retraso diagnóstico (Lundin y Wijmenga, 2015).
- Algunos daños son recuperables con la dieta sin gluten, como la inflamación intestinal y la dermatitis herpetiforme (Lundin y Wijmenga, 2015).
- Otros son irreversibles y permanentes de por vida, como la destrucción del esmalte dental o la muerte de neuronas en la ataxia por gluten (Ferraz y coll, 2012), (Mitoma y col., 2016).
En general, se tarda de días a semanas en empezar a notar las primeras mejorías. Pero la media para la recuperación completa del intestino desde el inicio de la dieta libre de gluten suele oscilar entre 2 y 5 años (Moreno y col., 2017).
Gran parte de personas celíacas o sensibles al gluten sin diagnosticar no tienen o creen que no tienen síntomas, ni digestivos ni de otro tipo (los denominados “asintomáticos”). O se han acostumbrado a vivir con un estado de mala salud crónica como si fuera normal (Lionetti y col., 2015), (Ludvigsson y col, 2015), (World Gastroenterology Organisation, 2016).
Pero lo que ocurre en muchos casos es que solo son capaces de reconocer que en realidad sí tenían síntomas relacionados con el consumo de gluten, e identificarlos, cuando comienzan la dieta sin gluten y se hace evidente su mejoría, en contraste con la situación previa a la dieta (Lionetti y col., 2015), (Ludvigsson y col, 2015), (World Gastroenterology Organisation, 2016).
He empezado la dieta sin gluten y no mejoro o me siento peor. ¿Por qué?
Con frecuencia, los celíacos y sensibles al gluten no notan mejoría de los síntomas gastrointestinales o experimentan un aparente empeoramiento cuando empiezan la dieta libre de gluten (Francavilla y col., 2020).
Hasta un 40% de celiacos a dieta sin gluten sufre síntomas similares a los del síndrome del síndrome del intestino irritable, a pesar de hacer dieta sin gluten (Francavilla y col., 2020).
Esto sucede especialmente en niños mayores y adultos que han tardado mucho en ser diagnosticados.
Lejos de significar que “dejar el gluten te ha perjudicado la salud” (a nadie perjudica no comer gluten), es más un indicio que reafirma que el gluten te estaba afectando. Lee los apartados a continuación para comprenderlo.
17 causas de falta de mejoría con la dieta sin gluten

Estas son las causas más frecuentes de ese aparente empeoramiento o falta de mejoría al dejar el gluten. Puede darse una sola o la combinación de varias de ellas:
1.- Contaminación cruzada inadvertida
La principal causa, con diferencia, de la falta de mejoría con la dieta sin gluten o un aparente empeoramiento es el consumo accidental de mínimas cantidades de gluten (trazas) (Francavilla y col., 2020), (See y col., 2015).
Esta exposición crónica al gluten hace que persista la inflamación intestinal. Como consecuencia, se produce una hipersensibilidad motora y / o visceral (Francavilla y col., 2020).
Asimismo, la contaminación inadvertida mantenida es responsable de:
- La persistencia o empeoramiento de los síntomas extradigestivos de la enfermedad celiaca y la sensibilidad al gluten no celiaca.
- El desarrollo de complicaciones asociadas, que pueden afectar a cualquier órgano.
- La muerte de neuronas en la ataxia por gluten.
- La persistencia o reaparición de las lesiones cutáneas de la dermatitis herpetiforme.
Las personas con una educación básica pobre y una baja comprensión de cómo se realiza una dieta sin gluten creen que la hacen estrictamente, pero están cometiendo errores frecuentes (See y col., 2015), (Mulder y col., 2013).

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2.- Abusar de alimentos procesados “Sin Gluten”
Abusar del consumo de alimentos elaborados, aunque sean “Sin Gluten” o específicos para celiacos, podría ser un problema para ti, como te explicamos en el apartado ¿Por qué es mejor no comer alimentos elaborados, aunque sean sin gluten?
3.- Inhalación de gluten (panaderías, pizzerías, supermercados con horno de pan,…)
El gluten en suspensión en el aire en lugares cerrados (como en panaderías y supermercados con horno de pan, pizzerías, etc.) es un problema para personas alérgicas al trigo.
Pero también puede serlo para celiacos y sensibles al gluten no celiacos. Podría reactivar la respuesta del sistema inmunitario y, en consecuencia, tu enfermedad (See y col., 2015), (Kasim y col., 2007).
El gluten en el aire es en realidad, una posible fuente insospechada de contaminación por gluten, de la que se habla muy poco: parte de la harina que respiras es tragada y pasa a tu aparato digestivo (Kasim y col., 2007).
4.- El efecto opioide del gluten
El gluten ejerce un efecto opioide, “anestésico”, sobre el tubo digestivo, que adormece sus reacciones naturales y enmascara el daño intestinal (Pruimboom y de Punder, 2015).
La supresión estricta del gluten de la dieta hace que el intestino recupere su capacidad natural de respuesta. Como consecuencia, las posibles contaminaciones accidentales pueden provocar síntomas intensos, generalmente en forma de dolores cólicos, hinchazón abdominal o diarreas (menos frecuentemente como náuseas y/o vómitos) (Pruimboom y de Punder, 2015), (Guandalini y Polanco, 2015).
5.- Disbiosis intestinal
Prácticamente todos los celiacos presentan disbiosis antes del diagnóstico. En gran parte de los casos, no se corrige con la dieta sin gluten. O solo se corrige parcialmente. Esta disbiosis puede ser en sí misma la causa de la persistencia de síntomas digestivos, a pesar de hacer la dieta libre de gluten estricta (Francavilla y col., 2020), (Cristofori y col., 2018).
Es importante apuntar que disbiosis intestinal NO es lo mismo que el sobrecrecimiento bacteriano (SIBO), del que te hablamos más adelante, en otro apartado.
¿Qué es la disbiosis intestinal?
En condiciones fisiológicas, la microbiota intestinal (la “flora intestinal”, compuesta de bacterias) ayuda a fortalecer los mecanismos responsables de preservar la tolerancia. Esto permite que tu sistema inmunitario no reaccione por error frente a determinados antígenos, como por ejemplo proteínas de los alimentos (Francavilla y col., 2020).
La disbiosis es difícil de definir, pero básicamente se trata de cualquier alteración o desequilibrio de la flora intestinal (microbiota). Especialmente, la disminución de poblaciones de bacterias intestinales beneficiosas con aumento de especies dañinas. Como consecuencia, se rompe el equilibrio entre los mecanismos inflamatorios y los responsables de preservar la tolerancia (Francavilla y col., 2020).
¿Cómo tratar la disbiosis intestinal?
Existen estudios publicados y en desarrollo muy prometedores para el tratamiento de la disbiosis intestinal mediante la administración oral de prebióticos, probióticos y simbióticos (Francavilla y col., 2020), (Yang y col., 2020), (Yoosuf y Makharia, 2019):
- Prebióticos, como la inulina (fibra de achicoria) y la oligofructosa (abundante en vegetales como la cebolla, el ajo o el puerro, entre otros). Promueven y “alimentan” a las bacterias beneficiosas.
- Probióticos. Son bacterias beneficiosas vivas. Incluyen especialmente ciertas cepas de Lactobacillus (L.) y Bifidobacterium (B.). Su efecto positivo sobre el control de síntomas gastrointestinales se ha comprobado administradas conjuntamente (no de forma individual). Concretamente, se han probado con éxito estos dos preparados, capaces de hidrolizar ciertos péptidos tóxicos de la gliadina en ensayos en laboratorio:
- Streptococcus thermophilus, B. breve, B. longum, B. infantis, L. acidophilus, L. plantarum, L. paracasei y L. delbrueckii (subsp. bulgaricus).
- L. casei LMG 101/37 P-17504, L. plantarum CECT 4528, B. animalis subsp. lactis Bi1 LMG P-17502, B. breve Bbr8 LMG P-17501 y B. breve Bl10 LMG P-17500.
- Simbióticos. Combinan prebióticos más probióticos.
No obstante, aún queda mucho camino por recorrer. Es necesario realizar más estudios para encontrar y confirmar qué cepa probiótica (sola o en combinación) puede mejorar los síntomas gastrointestinales y restaurar el equilibrio de la microbiota o “flora” intestinal (Francavilla y col., 2020).
Es MUY IMPORTANTE destacar que el uso de probióticos NO pretende ni permite aumentar la dosis diaria “segura” de consumo de gluten (10 mg/día). Los probióticos no pueden ser un sustituto de la dieta sin gluten estricta. Únicamente podrían ayudar a minimizar los efectos tóxicos de contaminaciones puntuales inadvertidas de gluten (Francavilla y col., 2020).
6.- Intolerancias alimentarias asociadas
A medida que el tubo digestivo y la mucosa intestinal se van recuperando, pueden hacerse patentes intolerancias alimenticias asociadas a la enfermedad celiaca o la sensibilidad al gluten, que ya estaban presentes pero pasaban desapercibidas por el efecto opioide del gluten. Suelen ser transitorias y mejorar con la dieta sin gluten (Pruimboom y de Punder, 2015), (Rodrigo, 2010), (Lebwohl y col., 2018).
Son más frecuentes y más difíciles de revertir cuanto mayor haya sido el retraso del diagnóstico de la enfermedad celiaca o la sensibilidad al gluten.
Destacan, entre otras:
- La intolerancia a la lactosa (el azúcar de la leche).
- La intolerancia a la sacarosa (el azúcar común).
- La intolerancia a la fructosa (el azúcar de las frutas, algunas verduras y la miel).
- La intolerancia al sorbitol (polialcohol abundante en ciertas frutas, principalmente manzanas, peras y frutas de hueso, como melocotones, nectarinas, albaricoques, ciruelas o cerezas).
7.- Alergias alimentarias asociadas
Las alergias alimentarias asociadas también tienen una incidencia superior en las personas con mayores demoras en el diagnóstico de la enfermedad celiaca o sensibilidad al gluten.
Con frecuencia son de tipo retardado (no IgE mediadas). Los síntomas pueden tardar en aparecer 48 horas o incluso hasta una semana, desde la ingestión del alimento causante (Koletzko y col., 2012).
Cuando las alergias son del tipo IgE pueden ser diagnosticadas mediante pruebas en piel o en sangre. Por el contrario, no existen por el momento pruebas de laboratorio para el diagnóstico de las alergias no IgE mediadas. Este se realiza mediante la exclusión del alimento sospechoso y su posterior reintroducción, monitorizando si aparece algún síntoma (Koletzko y col., 2012).
La alergia alimentaria más frecuentemente asociada a la celiaquía es la alergia a la caseína (una proteína) de la leche de vaca (Cabrera-Chávez y col, 2009).
8.- Sensibilidad al maíz
Ciertas prolaminas (proteínas) del maíz, denominadas horceínas, pueden provocar una reacción similar a la del gluten de trigo en una pequeña parte de celiacos (Ortiz-Sánchez y col., 2013), (Cabrera-Chávez y col., 2012).
En estos casos, la retirada del maíz de la dieta permite el control de la enfermedad celiaca, con desaparición de los síntomas y recuperación del daño en la mucosa intestinal (Ortiz-Sánchez y col., 2013).
9.- Sensibilidad a la avena
El consumo de avena, aunque sea “sin gluten”, puede ser también una causa de falta de recuperación en un subgrupo de celiacos, como te explicábamos más arriba.
10.- Sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) asociado
El sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) es un síndrome de malabsorción provocado por un número excesivo de bacterias en el intestino, habitualmente en el intestino delgado (Asociación Española de Gastroenterología).
El SIBO está presente en 2/3 de los pacientes con enfermedad celiaca, probablemente debido a un fallo de aclaramiento intestinal derivado de la inflamación crónica provocada por el gluten (Asociación Española de Gastroenterología).
Algunas personas celiacas que no responden a la dieta sin gluten mejoran finalmente tras la administración de tandas intermitentes de ciertos antibióticos (como rifaximina, metronidazol…) (Asociación Española de Gastroenterología), (Lebwohl y col., 2018).
11.- Insuficiencia pancreática exocrina asociada
La insuficiencia pancreática exocrina asociada es una complicación relativamente frecuente de la enfermedad celiaca sin diagnóstico (Protocolo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca, 2018), (Lebwohl y col., 2018).
Consiste en la incapacidad del páncreas para sintetizar la cantidad de enzimas necesarias para la adecuada digestión de los alimentos.
Suele ser transitoria y remitir tras un tiempo de iniciada la dieta sin gluten, si bien en una pequeña parte de personas es permanente. Una vez más, las demoras en el diagnóstico de la celiaquía juegan en contra.
La base del tratamiento de la insuficiencia pancreática exocrina es la administración de complementos de enzimas pancreáticas por vía oral.
12.- Colitis microscópica asociada
La colitis microscópica es una inflamación del intestino grueso (el colon) que provoca diarrea. Su nombre deriva del hecho de que es necesario examinar el tejido del colon bajo el microscopio para identificarla, puesto que a simple vista durante una colonoscopia o sigmoidoscopia puede parecer normal (Mayo Clinic).
La colitis microscópica tiene mayor incidencia en personas celiacas y puede explicar la falta de respuesta a la dieta sin gluten (Lebwohl y col., 2018), (Protocolo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca, 2018).
13.- FODMAPs
FODMAP ¿qué significa?
FODMAP deriva de su nombre en inglés: Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides And Polyols (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) (Tuck y col., 2014).
Los FODMAP son carbohidratos de cadena corta y alcoholes relacionados, que se absorben mal en el intestino delgado.
Los FOMAP incluyen (Fasano y col., 2015):
- Fructosa.
- Lactosa.
- Fructosanos.
- Galactanos.
- Edulcorantes (polioles) terminados en “-ol”, tales como sorbitol, manitol, xilitol o maltitol.
¿Qué efectos causan los FODMAP en el intestino?
Los FODMAP producen alteraciones beneficiosas en la flora intestinal, reducen la inflamación y por lo tanto, contribuyen a mantener la buena salud del colon (Verbeke, 2018), (Makharia y col., 2015), (Greer y O’Keefe, 2011), (Andoh y col., 2003).
No obstante, en personas hipersensibles a la distensión del intestino los FODMAP pueden provocar ciertas molestias digestivas, (como dolor o hinchazón abdominal). Y, como te hemos explicado más arriba, la inflamación crónica provocada por el gluten puede producirte una hipersensibilidad motora y / o visceral (Francavilla y col., 2020), (Verbeke, 2018), (Makharia y col., 2015), (Greer y O’Keefe, 2011), (Andoh y col., 2003).
Por lo tanto, mientras tu intestino esté inflamado, los FODMAP podrían ser responsables de que sigas notando, o aparezcan, molestias digestivas.
Dieta baja en FODMAP
Una dieta baja en FODMAP, en la que se restringe la ingesta de alimentos ricos en FODMAP, podría ayudarte a controlar los síntomas digestivos similares a los del síndrome del intestino irritable (Staudacher y col., 2014), (Marsh y col., 2015), (Marsh y col., 2015).
Es MUY IMPORTANTE que tengas en cuenta que la dieta baja en FODMAPs solo está aconsejada durante CORTOS PERÍODOS DE TIEMPO y BAJO ASESORAMIENTO DE UN ESPECIALISTA en nutrición. ¿Por qué? Porque su seguimiento a largo plazo puede alterar el equilibrio de la flora intestinal y provocar disbiosis (Staudacher y Whelan, 2017), (Heiman y Greenway, 2016), (Rao y col., 2015), (Tuck y col., 2014), (Staudacher y col., 2014).
14.- Síndrome del intestino irritable (“colon irritable”) asociado
Dejamos este apartado para las últimas posiciones por razones que te van a resultar obvias.
Se considera que hay personas celiacas que no responden a la dieta por presentar un “síndrome del intestino irritable” asociado (Lebwohl y col., 2018), (Protocolo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celíaca, 2018).
Pero como te explicamos en el apartado Tratamiento del intestino irritable con dieta sin gluten (“colon irritable”), el síndrome del intestino irritable no es exactamente una “enfermedad” sino un conjunto de síntomas (NIH, 2017).
Además de celiacos o sensibles al gluten no diagnosticados, el síndrome del intestino irritable puede esconder otras patologías no investigadas. Entre ellas, las 17 que listamos en este artículo y que, a su vez, pueden estar asociadas a la celiaquía o a la sensibilidad al gluten (Soares, 2018).
15.- Enfermedad celiaca refractaria
La celiaquía refractaria es una complicación muy grave de la enfermedad. Afecta a un bajo porcentaje de celiacos (entre el 0,3% y el 10%) (Woodward, 2016).
Se trata de personas diagnosticadas de celiaquía que no se recuperan, a pesar de hacer dieta sin gluten estricta (Woodward, 2016).
La celiaquía refractaria se puede llegar a desarrollar como consecuencia de permanecer tiempo prolongado con inflamación intestinal. Las dos principales causas son (Woodward, 2016):
- El retraso en el diagnóstico de la enfermedad celiaca.
- Incumplimientos de la dieta mantenidos (voluntarios o inadvertidos). Esto puede provocar que, a pesar de volver a una dieta sin gluten estricta, esta ya no sea efectiva.
Es muy importante, antes de dar un diagnóstico de enfermedad celiaca refractaria, considerar que:
- No se debe confundir la enfermedad celiaca refractaria con una aparente falta de respuesta a la dieta, derivada de las causas mencionadas en los puntos anteriores (Leonard y col., 2017).
- La exposición inadvertida al gluten es la principal razón de que persista la activación del sistema inmunitario o la atrofia de las vellosidades intestinales. Debe hacerse una cuidadosa valoración para localizar posibles errores en la dieta y fuentes ocultas de gluten (Leonard y col., 2017), (Woodward, 2016), (Ciacci y col., 2015).
- En una parte de celiacos, cantidades inferiores a las consideradas “seguras” para celiacos (por debajo de 10 mg al día) son suficientes para mantener su enfermedad activa. En estos casos, la dieta de eliminación de la contaminación por gluten ha demostrado ser efectiva (Leonard y col., 2017).
16.- Linfoma intestinal
Es una complicación poco frecuente, pero extremadamente grave, de la enfermedad celiaca. La causa principal es el incumplimiento mantenido de la dieta sin gluten, tanto voluntario como inadvertido (contaminación por trazas de gluten) (Leonard y col., 2017), (Branchi y col., 2016), (Buckley y col., 2007).
- La tasa de mortalidad a los 5 años del diagnóstico del linfoma intestinal oscila entre el 50% y el 60% (Leonard y col., 2017).
- Entre el 33% y el 67% de las personas con celiaquía refractaria acaba desarrollando un linfoma intestinal (Leonard y col., 2017).
17.- Tumores malignos y otras complicaciones graves de la enfermedad celiaca
Los celiacos que no hacen la dieta estricta y mantenida presentan un riesgo mayor de desarrollar tumores malignos. Son muy agresivos y tienen una alta tasa de mortalidad (Branchi y col., 2016), (Buckley y col., 2007).
Además del linfoma de células T, entre las complicaciones neoplásicas de la celiaquía se incluyen (Branchi y col., 2016), (Buckley y col., 2007):
- Adenocarcinoma del intestino delgado.
- Carcinoma de células escamosas. Puede afectar a cualquier parte del cuerpo (piel, boca, lengua, esófago, etc.).
Otras complicaciones graves de la celiaquía, principalmente derivadas de un mal cumplimiento de la dieta sin gluten, incluyen (Branchi y col., 2016), (Buckley y col., 2007):
- Obstrucción intestinal por invaginación. La invaginación intestinal es una afección grave en la que una parte del intestino se introduce en una porción adyacente del intestino. Este «efecto telescopio» bloquea el flujo sanguíneo, así como el paso de alimentos y líquidos. Puede llegar a producir una perforación en el intestino, una infección o la muerte del tejido intestinal. Para corregir la invaginación, suele ser necesaria la cirugía.
- Yeyunitis o yeyunoileítis ulcerativa. Se caracteriza por malabsorción y ulceraciones en el intestino delgado, que suelen afectar al yeyuno e íleon (segunda y tercera porción del intestino delgado, respectivamente).
- Síndrome del ganglio linfático mesentérico cavitado. Consiste en la necrosis (muerte del tejido) central de los ganglios linfáticos mesentéricos. Tiene una tasa de mortalidad del 50%.
¿La dieta libre de gluten es sana?
Sí, por supuesto. La dieta sin gluten es una dieta segura. Bien planificada, no provoca ningún efecto secundario negativo (Elli y col., 2017).
Como cualquier persona con dieta normal, la clave está en que sigas una alimentación variada y equilibrada (Elli y col., 2017).
El gluten no es esencial en nuestra dieta. Se trata de una mezcla de proteínas de bajo valor nutricional y biológico, deficiente en ciertos aminoácidos esenciales. Resulta fácil de sustituir desde el punto de vista nutricional (Lamacchia y col., 2014).
Solo las personas con trastornos relacionados con el gluten (como celíacos o con sensibilidad al gluten no celíaca) experimentan síntomas y diversos problemas de salud si no mantienen la dieta sin gluten estrictamente y de por vida (Lebwohl y col., 2018).
¿Quién descubrió la dieta sin gluten?
El descubridor de la dieta libre de gluten fue el pediatra holandés Willem Karel Dicke (Fasano, 2009).
Se basó en sus observaciones durante la Segunda Guerra Mundial, cuando gracias a la escasez de trigo, la tasa de muertes entre los niños celiacos bajó del 35% a básicamente a cero (Fasano, 2009).
En 1950, Dike consiguió demostrar que al excluir el trigo, la avena y el centeno, la enfermedad celíaca mejoraba drásticamente (Losowsky, 2008), (van Berge-Henegouwen y Mulder, 1993), (Fasano,2009).
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